Nuestro cerebro tiene cuatro niveles evolutivos y según la región que nutrimos, va a ser la calidad de mente que creamos: estos son el Reptiliano, Límbico, el Neocórtex y el "Cerebro de Dios".
1. El Reptiliano: es el más antiguo y se encarga de todas las funciones autónomas del cuerpo, desde respirar hasta la presión sanguínea. 2. El Límbico: lo compartimos con los demás mamíferos y es la sede principal de nuestras emociones. Este cerebro tiene cuatro programas fundamentales: miedo, alimentación, lucha y reproducción. Es el cerebro que vive desde la escasez y a la defensiva. 3. El Neocórtex: es el cerebro de la ciencia y la creatividad. Es el que los chamanes buscaban despertar si querían crear salud psicosomática: se activa cuando lo nutrimos con grasas saludables (como el aceite de oliva y la palta). 4. "El Cerebro de Dios": es la única región del cerebro que permanece activa cuando estamos en los estados cumbres de iluminación y trascendencia. Es el lóbulo frontal y lo compartimos también con las ballenas y los delfines. Este centro de percepción trasciende la individualidad buscando la unión con el todo y regula los impulsos agresivos y temerosos del cerebro límbico. Aquí el tiempo corre de manera fluida, corre de atrás hacia delante como en sueños. Podemos conectar con potenciales jámas imaginados y este cerebro tiene información de ti hasta 10,000 años hacia futuro.
Los Laikas o antiguos guardianes del conocimiento antiguo identifican este cerebro con el arquetipo del águila
Podemos activar las funciones cerebrales superiores y apagar los genes que crean enfermedades y encender los que crean salud.
Esta información es solo para identificar nuestro enorme e inimaginable potencial humano y espiritual y en constante evolución.
Los Cuatro Caminos
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